
En Thailandia 1.500 personas han competido en un concurso de gritos. El ganador ha emitido un corto pero potente alarido que ha alcanzado los 116 decibelios. Casi la misma potencia que la sirena de una ambulancia.
Los participantes han recurrido a todo tipo de técnicas para ganar. Vale desde moverse de un lado a otro para conseguir más potencia hasta meterse en el papel y hacer sentidas interpretaciones. Ninguno, eso sí, ha superado el record guinnes de 129 decibelios.
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